sábado, 21 de abril de 2012

Pasaron por aquí

Como en toda posada, sus ocupantes vienen y van con el paso del tiempo. Algunos nos acompañaron durante muchas lunas y otros pasaron solo fugazmente. Aquí los recordamos.

Elrowert


Tal.
Me llamo Elrowert, aunque no siempre fui llamado así.
Soy Goreano, fui concebido en Gor, aunque no nací aquí.
Soy Casta Azul, aunque yo no lo pedí.
Soy Libre, aunque en ocasiones, no me siento así.







larl
larl nació en Gor hace dieciocho primaveras. Hija de un mercader del Tahari, vivió libre y tranquila hasta los cinco años, cuando se perdió en una tormenta de arena, separándose de sus padres y del resto de la caravana.
Tras varios días vagando sola, a punto de desfallecer, el jefe Achmed la encontró durante una cacería con diez de sus hombres y se le ocurrió que podía llevársela y ponerla al servicio de su hijo, Rayham, seis años mayor que ella.
El joven se tomó en serio el adiestramiento de la muchacha, a la que llamó larl por su afinidad con estos animales, ya que en un principio no dudaba en arañar y morder a sus captores.
Poco a poco, la doma fue suavizando su carácter y aprendió muchas habilidades con las que complacer a los Libres, como danzar, contar historias, cocinar, servir, ocuparse de las kaiilas, trabajar el cuero o tejer.
Aunque tiene formación, sabe que una kajira nunca acaba de aprender y no duda en esforzarse para conseguir seguir siendo una posesión de la que su Amo esté orgulloso.


spieluhr


No tengo claro como llegue a este mundo , mis recuerdos son
borrosos y poco claros.
Recuerdo una jaula y gente pasando alrededor, mucho ruido y
otras muchachas como yo.
Recuerdo a dos personas hablando en una extraña lengua delante
de mi jaula, uno de ellos vestía de azul y amarillo y era una persona
obesa y que sudaba mucho. Me dio la impresión de que la otra
persona no le gustaba. El vestía de negro y hablaba despacio, como
sin emociones, dio algo al de azul y amarillo y se fue. Cuando me miro la persona que vestía de negro no me gusto.
Luego me sacaron de la jaula y me pusieron con otras chicas, durante días nos enseñaron esa lengua extraña. Aprendí lo suficiente para entender y poder responder.
Me lavaron y vistieron con una especie de saco que ahora se que se llama camisk.
Me llevaron a un salón y me ordenaron ponerme en torre, allí espere durante mucho rato. Llegaron el de negro y el que ya sabia que era el esclavista al que pertenecía. Hablaron sobre mi educación y se dieron la mano. Note un extraño olor y todo se oscureció.
Amanecí en los salones. El hombre de negro me explico que era suya y que permanecería en los salones mientras se completaba mi
adiestramiento.